El otro día al cruzar la calle se me cayó un pendiente, con tan mala suerte de que como era plateado se confundía entre el asfalto del suelo y no podía verlo.
Era el recuerdo de un novio que tuve en una aventura de fin de semana, pero aún así quería recuperarlo porque me gustaba. Así que me puse a buscarlo desesperadamente.
Chicos, mirar a ver si lo veis que yo no lo encuentro.