Nadie duda de la elegancia y de la sensualidad que tiene una mujer andando con sus taconazos.
No se sabe muy bien porqué, pero lo cierto es que el ruido de los tacones resulta irresistible para todos los hombres. Y yo diría que es casi imposible no levantar la mirada y buscar el origen del "tac, tac, tac, tac" aunque sólo sea por curiosidad. Debe de ser algo de los genes.
Pero la cuestión del tamaño también es importante en estos temas. Un tacón demasiado bajo resulta soso y de maruja que va al mercadillo, mientras que uno demasiado alto se ve demasiado forzado y hasta feo, aparte de la imposibilidad de andar más de dos pasos para la que lo lleva puesto.
Por eso lo ideal como siempre es el punto medio. No más de 12 cm, y no menos de 8cm, con lo que 10 cm es la medida justa que llevan muchas mujeres como el perfecto compromiso entre sentirse atractiva y poder andar.